
Además de su valor paisajístico, las azoteas tapizadas de vegetación son aliadas contra las inundaciones y el calor urbano.
También conocidos como techos vivos, son sistemas de vegetación instalados sobre la superficie de edificios y casas. Estos sistemas embellecen las ciudades, rompiendo con el gris monótono del asfalto, pero, sobre todo, ofrecen numerosos beneficios prácticos y ecológicos.
Estas cubiertas, según explican desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) funcionan como esponjas naturales, absorbiendo el agua de lluvia y ralentizando su escurrimiento hacia los desagües pluviales, reduciendo así el riesgo de inundaciones.
Pero las ventajas de los techos verdes no terminan ahí: promueven la biodiversidad, mejoran la calidad del aire, reducen las temperaturas y contribuyen a mitigar el efecto «isla de calor» que se da en las grandes ciudades, donde la acumulación de temperatura en el entorno urbano impide el enfriamiento. Además, ofrecen espacios recreativos. Adoptar esta innovadora solución es un paso crucial hacia ciudades más resilientes, saludables y en armonía con el entorno natural.

¿Cómo se construyen?
Construir un techo verde requiere un enfoque interdisciplinario, ya que la estructura consiste en una sucesión de capas:
Capa base: una membrana impermeable que impide el paso del agua hacia el interior del edificio.
Sistema de drenaje: compuesto por materiales como piedra pómez o membranas plásticas perforadas, permite el escurrimiento del exceso de agua.
Membrana geotextil anti-raíz: separa el drenaje del sustrato, evitando la obstrucción con partículas y raíces.
Capa de sustrato: una mezcla de materiales orgánicos e inorgánicos donde crecen las plantas.
Capa de vegetación: dependiendo del tipo de techo verde, se seleccionan plantas adecuadas al clima y a los requerimientos del sistema.
Tipos de techos verdes
Los techos verdes se dividen en dos categorías principales: intensivos y extensivos.
Techos verdes intensivos: se podrían definir como un “jardín en las alturas”. En estos techos se pueden cultivar una diversidad de plantas, desde césped y herbáceas hasta pequeños arbustos. Requieren un mantenimiento similar al de un jardín convencional, incluyendo riego, poda y fertilización. Están diseñados para ser accesibles y transitables, convirtiéndose en espacios verdes ideales para pasear y realizar eventos sociales. Para mantener este tipo de techo, se necesita un sustrato profundo y un sistema de riego adecuado.
Techos verdes extensivos: son la opción perfecta si se busca una solución de bajo mantenimiento que también ofrezca beneficios ecológicos. Este tipo de techo está cubierto con plantas resistentes que requieren poca agua y nutrientes. Una vez que la vegetación se establece, la intervención humana es mínima. Estos techos no están diseñados para ser transitados, pero actúan eficazmente en la absorción del agua de lluvia y la mejora del aislamiento térmico del edificio. El sustrato utilizado es menos profundo y generalmente no se necesita un sistema de riego permanente, solo un poco de agua en la fase inicial de instalación.
El INTA lleva más de una década promoviendo y desarrollando techos verdes, evaluando especies vegetales autóctonas y sustratos adecuados para sistemas sostenibles. Han creado manuales detallados disponibles para el público, ofreciendo guías completas sobre cómo implementar techos verdes de manera eficiente y ecológica.
Fuente: https://misionesonline.net/
0 Comentarios